La intervención educativa con nuestro alumnos con Trastorno del Espectro Autista (TEA) requiere de un enfoque especializado y comprensivo, adaptado a las necesidades únicas de cada un@ de ellos. Los PTs tenemos una posición clave para liderar estas adaptaciones, creando un entorno de aprendizaje inclusivo y efectivo. A continuación exploramos algunas de las mejores prácticas para nuestra intervención educativa.

Comienza creando un banco de ayudas visuales:
Lo más común es que vuestros alumnos procesen mejor la información visual que la oral. Por ello, utilizar ayudas visuales puede ser crucial para ayudarles a entender las instrucciones y las expectativas en el aula. Por ello crea:
- Agendas, llaveros, cuadernos de comunicación tangible o digitales: Utiliza pictogramas para ilustrar la secuencia de actividades diarias. Esto ayuda a entender qué se espera de él/ella a continuación y reduce la ansiedad ante lo desconocido.
- Organiza las actividades y aportadle tambien información gráfica.
Enseñanza estructurada:
La estructura y la rutina son fundamentales, proporcionando un entorno predecible que puede disminuir comportamientos disruptivos. Por ello date un tiempo para pensarla bien y conocer que puede encajar con tus alumnos, organízala e informa a todos los compis y familia a los que les influya y pon la en practica de manera persistente. Algunos consejos:
• Horarios claros y consistentes: Mantén un horario diario fijo que puedan revisar e ir informando segun pasa la jornada. Asegúrate de preparar los cambios con anticipación, usando avisos visuales para señalar las transiciones.
• Áreas claramente definidas: Designa áreas específicas en el aula para actividades particulares (por ejemplo, un rincón de lectura, una estación de arte), asi asociaran los lugares con las tareas específicas.
Desarrollo de habilidades sociales:
Para trabajar las HHSS, utiliza el trabajo en grupos pequeños, ya sea en el aula ordinaria/de integración o la específica. Esto te permitirá la interacción directa bajo supervisión, facilitando la práctica de turnos y el compartir. También es muy interesante el juegos de roles, simulando situaciones sociales comunes para enseñar modales adecuados, expresiones faciales y uso de gestos.
Intervención en comportamiento:
Aborda los comportamientos específicos con estrategias proactivas y reactivas. Analiza cuales son las conductas a modificar y empieza por las que más le dificulten o sean peligrosas para si mismo y establece las estrategias para manejarlas. El tiempo fuera o los sistemas de recompensa para reforzar comportamientos positivos suelen funcionar muy bien. A la vez no olvides trabajar técnicas de relajación e implementar esto en tu jornada diaria y compartirlo con tus compis y familia. Enseña técnicas como la respiración profunda o la relajación muscular progresiva para ayudarle a manejar la ansiedad y la sobrecarga sensorial.
Colaboración con las familias
El trabajo conjunto con las familias es clave para una intervención exitosa, ya que pueden proporcionar información valiosa sobre las preferencias y aversiones, te reducirán en muchos casos el tiempo de efectividad de tu intervención. Para ello; Mantén reuniones regulares y pon en funcionamiento una agenda diaria con toda la información que te pueda ser de utilidad para fomentar la comunicación y establecer un hilo de unión con tu alumn@.
Por ultimo, aunque podría ser lo primero, COMUNICATE SIEMPRE:
• De manera directa y literal.
• Utiliza preguntas cerradas o de elección múltiple en lugar de preguntas abiertas que puedan confundir.
• Asegurate de que las instrucciones sean claras y concisas, evitando el lenguaje figurado o las implicaciones.
“Entender y adaptarnos a las necesidades únicas de cada ALUMN@, no solo transformamos su experiencia educativa, sino que también enriquecemos nuestro mundo con NUEVAS perspectivas únicas y valiosas.”
